¿Compró un nuevo procesador, pero el rendimiento no mejoró significativamente?
El rendimiento de un ordenador en juegos es un ecosistema complejo, donde toda la experiencia está determinada por el funcionamiento coordinado de múltiples componentes de hardware. Estos incluyen la unidad central de procesamiento (CPU/CPE), la unidad de procesamiento gráfico (GPU/GPE), la memoria del sistema (RAM), la unidad de almacenamiento (SSD, HDD) e incluso el monitor. Un "cuello de botella" se produce cuando las limitaciones de un componente impiden que otros componentes más potentes funcionen a plena velocidad, lo que provoca una reducción del rendimiento, latencia o tirones.
Un error común entre los usuarios es creer que simplemente actualizar la CPU o la GPU solucionará automáticamente todos los problemas de rendimiento. Sin embargo, si el componente actualizado no es el verdadero factor limitante, la inversión producirá una mejora mínima o nula. Esto significa que la mentalidad tradicional de actualización, a menudo impulsada por el marketing centrado en las pruebas de rendimiento de la CPU o la GPU, debe cambiar.
La verdadera optimización del rendimiento en los videojuegos modernos requiere un enfoque holístico. Los jugadores deben comprender que el rendimiento general de un sistema depende de su punto más débil. Esto cambia la estrategia de inversión: de maximizar la potencia de un solo componente a garantizar una sinergia equilibrada entre todo el hardware, maximizando el rendimiento por cada dólar invertido y evitando actualizaciones costosas e ineficientes.
El hardware ya no es el alfa y el omega de una computadora. El software, que exploramos en el artículo sobre todas las tecnologías gráficas que Nvidia ofrece actualmente, cobra cada vez más importancia.
¿Qué son los cuellos de botella en una computadora?
Un cuello de botella en una computadora es un componente que limita el rendimiento de todo el sistema. Es el punto más débil, impidiendo que otros componentes (más rápidos) alcancen su máximo potencial. En el contexto de los videojuegos, solemos hablar del procesador (CPU) y la tarjeta gráfica (GPU) como las principales fuentes de posibles cuellos de botella. Por ejemplo, si el procesador es demasiado lento en comparación con la tarjeta gráfica, no puede transferir datos con la suficiente rapidez, por lo que esta no puede cargarse por completo. Este fenómeno se denomina Cuello de botella de la CPU o cuello de botella en el lado del procesador. Por el contrario, Cuello de botella de la GPU Se produce cuando la tarjeta gráfica está bajo carga máxima y se convierte en un freno para el sistema, mientras el procesador podría procesar aún más.
Es importante comprender que cada juego o aplicación exige los componentes de forma diferente. El rendimiento final siempre está limitado por el componente que alcanza sus límites primero. Por ejemplo, si has actualizado tu procesador, pero el rendimiento no ha mejorado, es probable que otro componente sea el responsable del bajo rendimiento.
¿Dónde está el cuello de botella del procesador o de la tarjeta gráfica?
Dividimos los juegos en aquellos donde el rendimiento del procesador es más importante (CPU-bound) y juegos donde la tarjeta gráfica está en primer plano (GPU-bound).
En juegos donde el procesador es más importante, este, por ejemplo, calcula la lógica del juego, la inteligencia de los oponentes, la física, gestiona multitud de unidades (PNJ); en resumen, realiza una gran cantidad de trabajo. El mejor ejemplo de este tipo de juegos son los de estrategia (Civilization, Age of Empires...) y las simulaciones (Microsoft Flight Simulator, MMO...), en los que el procesador debe procesar una gran cantidad de datos sobre la marcha.
En estos juegos, notarás un aumento mayor en los FPS al actualizar a un procesador más rápido. Un procesador lento puede causar FPS bajos y tirones al no poder seguir el ritmo del juego. Si la fluidez del juego depende principalmente del rendimiento del procesador, actualizar a una tarjeta gráfica más potente no te dará los resultados deseados, al menos no aquellos por los que valdría la pena pagar 500 euros o más. Incluso comprando una RTX 5090, el rendimiento del procesador seguirá siendo limitado en estos juegos.
Los juegos con gráficos intensivos, como Cyberpunk 2077, Red Dead Redemption 2 y Kingdom Come Deliverance 2, son los que más consumen la tarjeta gráfica, ya que esta debe dibujar gráficos, aplicar sombreado, renderizar, etc. En este caso, el procesador simplemente complementa la tarjeta gráfica y le envía datos. Por ejemplo, si observas que el consumo de la tarjeta gráfica es de 99 % mientras juegas a Cyberpunk 2077, actualizar a un procesador más nuevo no tiene sentido, ya que ya estás utilizando toda la capacidad de la tarjeta. Los chips X3D de AMD tampoco harán maravillas.
La resolución y la configuración gráfica influyen significativamente en si la CPU o la GPU se ven limitadas. Por lo general, las resoluciones más bajas y las configuraciones menos exigentes tienden a presentar limitaciones en la CPU, mientras que las resoluciones altas (4K) y las configuraciones ultra gráficas exigen más a la GPU.
Esto se debe a que la carga de trabajo de la tarjeta gráfica aumenta exponencialmente con resoluciones más altas (más píxeles para renderizar), mientras que la carga de trabajo del procesador se mantiene prácticamente igual. A 1080p, una CPU potente puede renderizar muchos fotogramas, pero la GPU podría no seguirle el ritmo. A 4K, la GPU funciona a toda máquina, mientras que la CPU no suele aprovechar todo su potencial. En la práctica, esto significa que si juegas a resoluciones ultraaltas, probablemente estarás limitado por el rendimiento de tu tarjeta gráfica, por lo que un procesador más rápido no aumentará significativamente la velocidad de fotogramas. Por el contrario, a bajas resoluciones, una tarjeta gráfica más potente podría quedar inutilizada debido a las limitaciones del procesador.
Considera los juegos que más juegas. Si te gusta la estrategia, actualizar tu procesador te ayudará a disfrutar de una experiencia de juego más fluida. Si te gustan los juegos de rol y sufres de tirones, el primer paso es comprar una nueva tarjeta gráfica, pero asegúrate de que tu procesador pueda seguir el ritmo.
Otros componentes también pueden ser cuellos de botella
El procesador y la tarjeta gráfica no son los únicos componentes que pueden limitar el rendimiento de tu computadora. A menudo, no se observa ninguna mejora tras reemplazar el procesador porque el problema reside en otra parte del sistema.
Una RAM insuficiente o demasiado lenta puede provocar que el procesador espere datos y no pueda aprovechar su velocidad. Si el sistema no tiene suficiente RAM, el procesador debe recuperar datos de un disco mucho más lento, lo que se manifiesta en tartamudeos, carga lenta de texturas y caídas de la velocidad de fotogramas. La velocidad de la RAM también afecta la experiencia. Los procesadores modernos, especialmente los AMD, funcionan mucho mejor con una RAM rápida. Una memoria muy lenta puede limitar el flujo de datos entre el procesador y otros componentes. Actualizar la RAM (mayor capacidad o mayor frecuencia) puede eliminar el cuello de botella en estos casos, reducir la carga del procesador y mejorar el rendimiento, especialmente al realizar múltiples tareas o jugar juegos exigentes. Por lo tanto, cambiar el procesador no servirá de mucho si, por ejemplo, solo tenías 8 GB de RAM y se agotan durante una partida. El sistema funcionará lento hasta que aumentes la memoria.
Un disco duro (HDD) o una unidad SSD SATA lenta pueden afectar la capacidad de respuesta general del sistema y los juegos. El procesador puede estar trabajando arduamente, pero si tiene que esperar a que se carguen los datos del disco, el rendimiento será lento. Esto se nota al cargar juegos y niveles, ver texturas en streaming en mundos abiertos y ejecutar programas.
Por ejemplo, cambiar de procesador no acelerará significativamente el arranque del sistema operativo ni la apertura de aplicaciones si aún tienes un disco duro antiguo. En este caso, cambiar a un SSD más nuevo tendrá el efecto que buscas. Los SSD NVMe tienen velocidades de lectura/escritura ultrarrápidas y permiten que los juegos y los datos se carguen mucho más rápido, lo que reduce el lag durante el juego. Si has notado que los juegos más nuevos se entrecortan incluso durante las cinemáticas, la razón podría ser un disco duro lento. Por eso, algunos juegos ya recomiendan instalarlos en SSD (NVMe).
Una refrigeración deficiente puede provocar indirectamente el fallo de la actualización. Todos los procesadores y tarjetas gráficas incorporan mecanismos de limitación térmica que reducen su velocidad de enfriamiento si la temperatura sube demasiado. Si has instalado un procesador más potente, pero conservas un disipador antiguo (demasiado débil), o si tu caja tiene un flujo de aire deficiente, es posible que el procesador se sobrecaliente y baje su frecuencia, lo que hará que funcione más lento de lo esperado.
Esto podría dar la impresión de que la actualización no ha servido de nada, pero en realidad el procesador no está alcanzando su máximo potencial debido al calor. Lo mismo ocurre con la tarjeta gráfica. La solución reside en una refrigeración de calidad (mejor refrigeración por aire o agua, más ventiladores, cambio de pasta térmica) para garantizar que el componente mantenga una frecuencia alta sin restricciones. Por lo tanto, si observa que, tras cambiar el procesador, el sistema se sobrecalienta bajo carga o el ventilador hace un ruido inusualmente alto, es posible que la temperatura esté causando un cuello de botella oculto.
En tal caso, mejore la refrigeración, de lo contrario, el nuevo procesador no será significativamente más rápido que el anterior.
La fuente de alimentación no es el componente al que se suele culpar al buscar la causa de un bajo rendimiento. Si bien premiamos a un ordenador, con componentes nuevos el consumo general también aumenta. Por ejemplo, una fuente de alimentación antigua de 450 W no podrá alimentar de forma constante la tarjeta gráfica, el procesador y otros componentes más recientes. Lo notarás cuando tu ordenador empiece a fallar repentinamente o cuando realices pruebas (benchmarks) y no entiendas por qué los componentes no funcionan a las velocidades anunciadas.
Asegúrese siempre de disponer de una fuente de alimentación suficientemente potente con cierta reserva (recomendado 20 % más que el consumo total de los componentes) para un funcionamiento estable.
¿Cómo identificar qué componente es el cuello de botella?
Mientras juegas o realizas una tarea exigente, controla el uso de la CPU y la GPU. Puedes hacerlo con herramientas como el Administrador de tareas o programas dedicados (MSI Afterburner, HWiNFO, GPU-Z, etc.). En el Administrador de tareas, en la pestaña Procesos Puedes ver el porcentaje de uso de CPU y GPU en el juego.
Si el porcentaje de la CPU es mucho mayor que el de la GPU, significa que el juego está sobrecargando el procesador y que este podría ser el cuello de botella. Si el porcentaje de la GPU es mayor, el juego probablemente esté limitado por el rendimiento de la tarjeta gráfica, y esta es la que se está acercando al máximo. Con MSI Afterburner, puedes ver el consumo de componentes mientras juegas.
La regla general es que cuando la GPU opera cerca de 100 % mientras la CPU no se utiliza al máximo, la limitación reside en la tarjeta gráfica. Sin embargo, si la utilización de la GPU es baja (muy por debajo de 95 %) y el juego presenta problemas mientras la CPU (uno o más núcleos) está muy cargada, la CPU está limitando el rendimiento.
Para las tareas cotidianas, puede identificar cuellos de botella observando dónde se producen los retrasos. Por ejemplo, si las aplicaciones tardan mucho en cargar, observe la actividad del disco. Si observa una alta actividad del disco (quizás hasta 100 %), el problema no está en otros componentes, sino en la unidad.
De igual forma, si la memoria se llena frecuentemente mientras trabaja (por ejemplo, un uso de RAM de 95 %+), el sistema empieza a usar la memoria de intercambio (swap) más lenta del disco, lo que reduce considerablemente el rendimiento. Esto tampoco se solucionará con un nuevo procesador, sino ampliando la capacidad de RAM. Herramientas como el Monitor de Recursos o el Monitor de Rendimiento de Windows pueden mostrar si la CPU, el disco o la memoria están alcanzando su límite durante una actividad específica.
Actualizar el procesador (u otros componentes) no siempre es la solución correcta
Actualizar tu procesador puede proporcionar mejoras de rendimiento nulas o considerables, dependiendo de los juegos y programas que uses, y de si el procesador era originalmente el factor limitante de tu computadora. Antes de gastar un dineral, asegúrate de saber dónde está el cuello de botella en tu computadora.