Deja que la IA te haga preguntas y se convierta en tu socio estratégico
En sus conferencias, Utley enfatiza que los usuarios suelen pensar en la IA como una herramienta a la que hacemos preguntas y obtenemos respuestas de mayor o menor calidad. En su opinión, una de las maneras más efectivas de usar la IA es a la inversa: dejar que la tecnología te haga preguntas.
Como ejemplo sugiere la siguiente sugerencia:
¡Oye! Eres un experto en IA.
Me encantaría recibir su ayuda y una consulta con usted para ayudarme a descubrir dónde puedo aprovechar mejor la IA en mi vida.
Como experto en IA, ¿podría hacerme preguntas? Una a una hasta que tenga suficiente contexto sobre mis flujos de trabajo, responsabilidades, KPI y objetivos para poder hacer dos recomendaciones obvias y dos menos obvias sobre cómo puedo aprovechar la IA en mi vida.
Con este enfoque, la IA lidera una conversación estructurada que ayuda al usuario a descubrir oportunidades nuevas, a menudo inesperadas, para utilizar la tecnología en cuestión.
Beneficios prácticos y personalización
Este método permite comprender mejor las necesidades individuales y adaptar las recomendaciones según objetivos específicos. El ejemplo de Utley demuestra que, en tan solo una conversación de 30 minutos, la IA puede ayudar a crear indicaciones personalizadas que mejoran el flujo de trabajo y la productividad.
En la práctica, este enfoque puede dar lugar a sistemas personalizados, como páginas personalizadas en herramientas como Notion, con enlaces directos y accesos directos para realizar tareas. Es importante tener en cuenta que los resultados variarán según el usuario: algunos encontrarán soluciones para mejorar su flujo de trabajo, otros para conciliar mejor su vida privada y profesional.
La importancia de la reflexión y el papel de la IA
Utley enfatiza que el mismo proceso de hablar con una IA, incluso si el usuario no utiliza las recomendaciones finales, permite una valiosa reflexión. Una conversación con una IA que plantea las preguntas adecuadas puede animar al usuario a reflexionar sobre sus prioridades, su funcionamiento y las posibles mejoras.
Este enfoque abre un debate más amplio sobre cómo la IA debería actuar como un socio en la búsqueda de soluciones, no solo como una herramienta pasiva de búsqueda de información. Transforma la IA de un sistema que responde a un interlocutor activo y asesor estratégico.