¿El fin de las ralentizaciones de los SSD?
Durante años, habilitar la protección de BitLocker en Windows se consideró un mal necesario, lo que provocaba una notable disminución del rendimiento del disco. Dado que el cifrado se basaba principalmente en software, la unidad central de procesamiento (CPU) tenía que realizar un gran trabajo extra cada vez que se leían o escribían datos. Esto provocaba cuellos de botella, especialmente notorios con los SSD NVMe más recientes, donde la velocidad se reducía casi a la mitad en algunos casos.
Microsoft ha anunciado un cambio radical: la introducción de BitLocker acelerado por hardware. En lugar de que el procesador "piense" en el cifrado, esta tarea se realizará en controladores dedicados dentro de las nuevas arquitecturas de procesador. Los primeros en aprovechar al máximo esta función son los próximos chips Intel "Panther Lake" (Core Ultra Serie 3). Según las mediciones iniciales, el rendimiento de lectura secuencial puede aumentar de 1630 MB/s a más de 3740 MB/s, lo que supone una mejora de más del 100 %.
Además de la velocidad bruta, la nueva tecnología también mejorará la duración de la batería de las laptops. Dado que el procesador ya no se sobrecalentará mientras descifra datos en segundo plano, el consumo de energía se reducirá en aproximadamente un 70 %. Esta es una excelente noticia para gamers y editores de video que necesitan toda la energía para su trabajo principal.
A pesar de los avances tecnológicos, los expertos advierten que ninguna protección es infalible. Incluso con cifrado acelerado por hardware, la seguridad es inexistente. Siempre existen riesgos a nivel de hardware o métodos avanzados de piratería de memoria. Sin embargo, para el usuario promedio, esta actualización significará que finalmente obtendrá la seguridad que desea sin sacrificar la velocidad del hardware por el que pagó un alto precio. Si su dispositivo tiene solo 1,5 o 2 centímetros de grosor (aproximadamente entre 0,6 y 0,8 pulgadas), la diferencia en el calentamiento y la velocidad con el nuevo sistema será más que evidente.
Para migrar a esta nueva era, necesitará Windows 11 versión 24H2 o posterior y hardware compatible. Con este paso, Microsoft deja claro que la era de sacrificar seguridad y velocidad está llegando a su fin, aunque la cautela en la gestión de identidades digitales sigue siendo la primera línea de defensa.





















