Las baterías de sodio podrían cambiar el futuro de la electricidad
Aunque las baterías de sodio puedan parecer una novedad, los investigadores llevan mucho tiempo trabajando en su mejora. Ahora que se han logrado avances clave, parece que ha llegado su momento.
Las baterías de litio alimentan teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y vehículos eléctricos, pero conllevan altos costos, problemas ambientales y cadenas de suministro inestables. El sodio es barato, está ampliamente distribuido y es fácilmente accesible, lo que significa que no estará sujeto a presiones geopolíticas.
Las baterías de sodio utilizan principios similares a los de litio, salvo que utilizan sodio en lugar de litio. Los cátodos de hierro-manganeso son económicos y seguros. Además, las baterías de sodio funcionan mejor a bajas temperaturas y son menos propensas a ignición.
La empresa china CATL ha presentado la segunda generación de su plataforma Naxtra, con una densidad energética de 175 Wh/kg, y planea su producción en masa. En EE. UU., Natron Energy está construyendo una fábrica de 1.300 millones de euros, mientras que la japonesa Elecom ya ofrece la primera batería de sodio para el consumidor.
Los avances incluyen nuevos materiales para ánodos, electrolitos mejorados y diseños sin ánodo, que aumentan la capacidad y la vida útil. Según IDTechEx, el coste podría reducirse a 38 €/kWh, significativamente menos que el del litio.
Las baterías de sodio son ideales para diversas aplicaciones, como el almacenamiento de energía conectado a la red eléctrica, vehículos eléctricos ligeros y coches urbanos, dispositivos de bajo consumo y larga duración, y sistemas híbridos que combinan litio y sodio. Si bien no reemplazarán por completo al litio, serán un complemento importante que reducirá la presión sobre los recursos de litio.