Ryanair con una nueva norma que no favorece a todos
La aerolínea de bajo coste Ryanair está introduciendo una nueva política que ha provocado quejas entre los viajeros, y no necesariamente de buena manera.
A partir del 3 de noviembre de 2025, los pasajeros ya no podrán abordar vuelos con tarjetas de embarque impresas. En cambio, la aerolínea está haciendo la transición a un formato totalmente digital, lo que significa el uso obligatorio de dispositivos móviles para el check-in y el embarque.
Adiós billetes de papel, hola smartphones
El plan de Ryanair es simple: no más tarjetas de embarque físicas. Se espera que la medida, que originalmente estaba prevista para la primavera pero fue pospuesta, entre en vigor este otoño. A partir de ahora, la única forma de embarcar en un vuelo de Ryanair será mediante una tarjeta de embarque digital en el teléfono inteligente, a la que se accederá a través de la propia aplicación móvil de la aerolínea.
Aunque la compañía presenta esta decisión como parte de los esfuerzos por aumentar la eficiencia y la sostenibilidad ambiental, los críticos dicen que es un intento apenas disimulado de dirigir a los usuarios hacia su aplicación y los servicios adicionales que promueve.
La lógica “verde” y la letra pequeña
Según Ryanair, la transición al embarque digital podría reducir el desperdicio de papel en aproximadamente 300 toneladas al año y, dado que el 80% de los pasajeros de % ya utilizan billetes digitales, la aerolínea afirma que simplemente está animando a los pocos que aún dudan. A través de la aplicación myRyanair, los pasajeros también pueden acceder a actualizaciones de vuelos, información de disponibilidad de asientos y presentar quejas, convirtiéndola en un único punto de contacto para la experiencia de viaje.
Sin embargo, hay un problema: ¿qué pasa si el teléfono se rompe? ¿Y qué pasa si la batería se agota después de un control de seguridad? La aerolínea aún no ha aclarado cómo su personal manejará los casos en los que los pasajeros no puedan mostrar su tarjeta de embarque móvil en la puerta. Esto generó inquietudes sobre la accesibilidad, la planificación de contingencias y hasta dónde deberían llegar las políticas de inclusión digital.
¿Se trata de comodidad o de control?
Para muchos pasajeros, la nueva norma parece más un incentivo al control que un paso hacia la comodidad. El requisito de la aplicación de embarque también dirige a los usuarios directamente al ecosistema digital de Ryanair, donde la venta de servicios adicionales ocupa un lugar destacado. Desde asientos prioritarios y opciones de equipaje hasta ofertas de seguros, la aplicación se centra cada vez menos en la simplicidad y más en maximizar las ganancias.
Es una estrategia que encaja con la reputación de larga data de Ryanair de reducir costes y aumentar beneficios. Aunque viajar exclusivamente con medios de transporte en papel digital puede parecer eficiente, también introduce nuevas barreras, especialmente para los viajeros mayores, aquellos que no tienen teléfonos inteligentes o cualquiera que simplemente prefiera una copia de seguridad impresa.
No existe un modelo único que sirva para todos
Si bien las soluciones digitales tienen sentido en muchos escenarios de viaje, obligar a cada viajero a utilizar un único modelo puede resultar contraproducente para algunos. Por ejemplo, imagina llegar a la salida y darte cuenta de que has perdido tu teléfono, está roto o se te ha roto la pantalla durante el control de seguridad. No existe vuelo de respaldo sin billete de papel.
Hasta el momento, Ryanair no ha dicho qué ocurrirá en estos casos extremos. ¿El personal hará excepciones? ¿Los pasajeros tendrán que volver a reservar sus vuelos y pagar los costos? El silencio de Ryanair habla por sí solo. Y a medida que se acerca noviembre, muchos pasajeros siguen de cerca cómo la aerolínea abordará estas situaciones inevitables.
Un futuro donde la adaptabilidad importa
Un objetivo respetuoso con el medio ambiente es noble, y reducir los residuos en la aviación es, en cualquier caso, una necesidad urgente. Pero un futuro sostenible también debe ser inclusivo, resiliente y adaptable. Forzar una experiencia de embarque totalmente digital puede simplificar las operaciones de una aerolínea, pero también corre el riesgo de alienar a los pasajeros que esperan confiabilidad y apoyo, no dolores de cabeza adicionales en la puerta.